La doctrina del shock: El libro (y la peli) de Naomi Klein (también la peli es de ella) sostiene que las políticas económicas neoliberales, como las que sufrimos actualmente, se basan en provocar impactos en la psicología social a partir de desastres o contingencias, de manera que, ante la conmoción y confusión, se puedan hacer reformas impopulares.
En nuestro caso, la crisis (inicialmente entendida de manera generalizada como un síntoma de la ineficacia del sistema captitalista financiero) ha sido el desastre utilizado por el poder para adoptar medidas de apropiación de lo público (la mejor defensa es un buen ataque, debieron pensar finalmente).
Un ejemplo: En Castilla La Mancha, el gobierno de Dolores de Cospemal redujo el pasado curso 2011/2012 cerca de 800 profesores a la par que empeoraba las condiciones de trabajo en las aulas. La respuesta fue automática (ver Revolución Magistral) aunque ésta se fue diluyendo mes a mes.
Un año después el recorte ha sido de más de 1500 profesores… La impotencia, el agotamiento, la división de la protesta, el miedo y, en definitiva, la doctrina del shock (“Si es que nos lo merecemos porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”) nos llevan a aceptar las reformas (perdón, el chantaje) y esperar tiempos mejores con menos servicios públicos y más fichas para las ruletas de Eurovegas.