El curso pasado estuvimos colaborando con la Plataforma por la Justicia Fiscal en la realización de propuestas curriculares para la introducción de contenidos de justicia fiscal en asignaturas de Primaria y Secundaria.
Las noticias sobre la falta de progresividad, el conocido escaqueo fiscal de empresas, youtubers y reyes, el intento de establecer un impuesto de sociedades mínimo de forma internacional o la importancia de los impuestos para mantener el estado de bienestar son temas muy importantes que conviene también introducir en las aulas.
Este año el Museo del Prado acogió una pequeña exposición de Marinus van Reymerswale en la que se podían ver algunos de sus más conocidos cuadros de la serie “El cambista y su mujer” que ya aparecía en El demasiadotardismo como un cuadro que, aparte de salir en casi todos los libros de economía y finanzas, se reproduce en el Museo Arqueológico en la sección sobre el dinero donde llevamos a los alumnos todos los cursos (pandemias mediante).
Dicho cuadro también inspiró mi cutre versión actualizada “La camBITsa y su marido” pero descubro en la exposición del Prado que su cuadro y otros de la misma serie (Marinus era un pintor obsesivo que repetía incesantemente sus temas) también es conocido como “El tesorero municipal” o “Los recaudadores de impuestos”.
Aunque a Marinus se le asocia con la representación de la usura y la avaricia, en la exposición matizan esa idea y las cartelas explican que sus cuadros también pretendían dar una idea positiva sobre el dinero como factor de progreso y sobre la necesidad de recaudar impuestos para financiar los gastos de los Estados y para limitar el exceso de avaricia de los grandes financieros.
Para todos, todo.