El pasado 19 de diciembre un grupo de econoplastas y acompañantes cargados con sus alforjas se acercaron a Madrid en tren para desde la estación de Atocha (¡¡¿Y cómo han subido aquellos caballos enormes a ese edificio?!!) y enfilando por el Reina Sofía (¡¡Coñó, ascensores transparentes!!) coger la C/ Santa Isabel para llegar, poco antes de la Filmoteca (como el Teatro Moderno pero más cargaico) a la librería-cafetería La fugitiva.
¡Mmmmmmmmmmmm! ¡Qué espacio más chulo!: techos altos, suelo de madera, vigas de hierro, estanterías cargadas de libros demostrando buen criterio literario (¡Toma!, tienen el nuestro), mesitas cucas para echar un cafelito y libreros, socios y amigos encantadores saliendo por todos los lados.
¿La chapa econoplasta? Bien, como siempre (para qué negarlo). ¿El público? Entregado, divertido, entretenido (ver lector dormido en primera fila). ¿Los acompañantes? Dándolo todo: Yolanda leyendo un cuentuco sin perder el ritmo a pesar de la entrada de un despistado. La Mari deleitándonos con sus bailes aprendidos en Karaba (¿o al final no bailó?). Juanjo, nuestro contacto, haciendo de enlace y encontrándose con un compañero de la Cruz Roja…
Una tarde prenavideña de lujo que culminó con el detallazo de servirnos unas copitas de cava con berenjena rebozada mientras comentamos la jugada y organizamos posibles futuras visitas: ¿dónde hay que firmar? Encantados estaremos de encontrarnos de nuevo con Santiago, Miguel, Clea, Jokin, David… Pero, ¿se está leyendo el libro al revés? ¿Lo has probado? Es que incluye mensajes satánicos…