Nos guió en la universidad hacia una visión de la economía más humana. Nos influyó a la hora de interesarnos por temas de desarrollo y desigualdad. Nos ha camelado siempre en sus conferencias: “Cuantos más motivos hay para la indignación, más razones hay para la acción y para la esperanza”. Hemos utilizado sus libros en el aula. Nos encanta también su vena literaria. Ya como econoPlastas nos hemos inspirado en sus libros e imitado su pedagógica prosa. Hemos copiado directamente algunas de sus ocurrencias en nuestros Cuentos chinos: “¿Qué es economía? Y tú me lo preguntas. Economía eres tú”. Hemos elegido un extracto de un libro suyo para presentar las Alternativas del nuestro. Nos sigue sorprendiendo la claridad de ideas y la crítica feroz en sus entrevistas… y ahora vamos y recibimos una carta suya de agradecimiento por enviarle el libro y dice sentirse un econoPlasta más: emocionante, pelos de punta, wow, qué fuerte, snif, sin palabras…
Creemos que el libro ha cumplido un objetivo inesperado pero muy gratificante y sentimos algo así como que un círculo se ha cerrado. Cienes y cienes de gracias a nuestro maestro José Luis Sampedro (y a la Concha y al Berzosa por hacérselo llegar).
Seguro que a todos los que nos habéis apoyado, seguido o aguantado también os gusta leer la cartica que guardaremos como oro en paño (la hemos transcrito al final):
Querida amiga y compañera de ideas:
Me entregó Carlos Berzosa vuestro libro de Cuentos Chinos y solo con verlo comprendí que ya sois de la era que comienza y no de la que se derrumba, como veníamos diciendo quienes veíamos a los políticos ceder el poder a los financieros, con la globalización y los mercados descontrolados. Gracias por vuestro trabajo, gracias por tu cariñosa dedicatoria aunque yo no me considere maestro sino aprendiz de mí mismo, como me he considerado toda mi vida. Gracias.
No puedes imaginar lo que significa, a mi edad y en mis ultimidades recibir el aire fresco de vuestro libro. Ya respiraba al leerlo pero al llegar al pasaje en que me citáis y luego a otro más adelante me sentí feliz, contento de estar coincidiendo con vosotros hace tiempo y, en fin, de ser un econoPlasta. Me pone en mis buenos tiempos del París de 1968.
Gracias mil veces. Un abrazo a todos, con ánimo para seguir, y a ti sobre todo con el cariño de este viejo profesor, que amó siempre a sus alumnos.
José Luis Sampedro