Hace un mes que estos intrépidos panaderos y reposteros de la rural Hontanillas nos reparten cada semana en El Rincón Lento de Guadalajara y otras localidades cercanas sus panes, bollos y madalenas. Unos locos que no solo se atreven a irse a vivir a un entorno rural deshabitado sino que además quieren sacar adelante un proyecto empresarial basado en la ecología y la economía social.
Esto hay que apoyarlo sí o también. Algunos ya estuvieron el pasado verano ayudando a reconstruir el horno y en un encuentro de pobladores rurales. Ahora toca ir a visitarles de nuevo no solo para ver el horno en funcionamiento sino para arrimar el hombro y tirar de riñón para cargar piedras, tirar de azadón o lo que proceda.
El sábado 24 de marzo hay una expedición lenta para pasar el día allí (o el finde) y os haremos un informe econoplástico sobre la situación de este gran proyectismo.