Con mucha ilusión preparamos el estuche y forramos los libros para empezar otro curso y cual profesores plastas lanzamos nuestra primera lección de economía del curso:
Abrir la palma de la mano. Coger los dedos sucesivamente desde el meñique hasta el gordo. Y decir: Éste organizó las tareas… Éste fue a por materiales… Éste donó dineritos o materiales… Éste prestó dineritos o herramientas… Y éste ayudó con las obras. Después todos, todos, todos enterito lo disfrutaroooooon.
Esta escena típica de juego infantil es de lo más normal y cotidiana pero si la pilla un econoplasta te suelta la chapa en plan primer día del cole y te dice que es un ejemplo de cómo de forma paralela al funcionamiento competitivo de nuestro rancio capitalismo (en la que unos trabajan y el gordo se lo come todo) existen a nuestro alrededor una ingente cantidad de formas de relacionarse basadas en la cooperación, la solidaridad, el bien común, la simplicidad, la financiación colectiva y la lentitud. (Basado en las obras de acondicionamiento del local del nuevo Rincón Lento).